Recién aterrizado en Madrid de un largo viaje procedente de Los Ángeles me pongo a pensar sobre lo que he visto en los últimos días. Vengo del país adonde muchos ansian llegar para cumplir su personal sueño americano. Del país donde te prometen y aseguran el éxito. Allí, donde pasas de cero a cien en tu currículo en menos tiempo de lo que tardas en abrir y cerrar los ojos.
Bien, puede ser cierto, no lo dudo, pero luego está la realidad. Esa que no sale en las guías de viajes. Esa que evitan que veas en los tours. Esa que hasta los GPS no quieren que veas. Esa que, esta vez, he visto yo.
En Los Ángeles puedes estar pisando las estrellas de los famosos, guapos y ricos actores de Hollywood mientras esquivas a decenas de personas que sobreviven durmiendo en las aceras.