Copia cien veces…

Me castigó un verano a traducir El Principito del francés al español. Todo lo que sabía decir en francés era güi. Bendito diccionario. Pena que no existiese el traductor de Google en aquella época.

Copié cien veces «haber es un verbo, a ver es mirar, haver no existe.» ¿Cien? Tal vez mil.

Desempolvó libros para que los leyese. Los leí. Los resumí. Los estudié. Descubrí que cuando él tenía mi edad la imprenta ya se inventó.

Me puso, nada más y nada menos, a un Teniente Coronel como profesor de apoyo. Éste lo dio todo para enseñarme a estudiar. Para enseñarme a escribir. Para enseñarme a resumir. Lo medio logró.

Me corregía cada vez que cometía alguna falta de ortografía. Cada vez que le daba una patada al diccionario. Ya fuese por escrito o hablando. Era ese duende que se posa en tu hombro y te da el rollo cuando menos te lo esperas.

Una tarde me explicó que «dar por saco» no tenía ningún sentido. Que lo correcto era «dar por culo». Que como lo dijese delante de él me iba a enterar.

Que «eres un cachondo» no tenía nada que ver con el significado que yo le quería dar. Que «cachondo» es un perro en celo. (Al final la RAE aceptó el significado al que yo me refería).

Me mandó a Francia dos veranos a aprender francés. No lo hice. Aprendí a conducir un Peugeot 205 con 14 años. A hacer windsurf. A pedir Coca Cola en francés.

Me mandó a EEUU dos años a mejorar mi inglés. Lo logré. Me animaba desde España a apuntarme a concursos de relatos cortos. Gané alguno.

Me apuntó a un curso de escritura que ofrecía una editorial. Fui con un compañero de clase. Él lleva tres o cuatro libros escritos. Yo… Yo, ninguno. Yo, un miserable blog que estás leyendo ahora mismo.

Le acompañé al cierre de la revista durante muchas noches. Corregía. Leía. Releía. Le imitaba. Le copiaba. A veces le avisaba de errores que él no veía. Se excusaba.

Y hace unos días me propuso escribir un libro. Que él me lo ofrezca es como si Messi o Ronaldo me dicen que me compre unas botas y me dedique a correr tras un balón. Él no es Messi ni es Ronaldo, pero es mi Messi y mi Ronaldo. Es mi padre. Así que no me va a quedar otra que planteármelo.

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