París. Una más.

Los atentados, asesinatos, de hace unos días en París me hacen pensar. Más que pensar, me hacen recordar pensamientos que ya tenía en mi memoria. Hemos vivido algo parecido no hace mucho en Madrid. Algo, no tan diferente, en muchos rincones de España durante varias décadas. Estos matan por sus (falsas) creencias religiosas, aquellos, por sus (falsas) ideas nacionalistas. Algo les hace iguales: su fanatismo.

Hoy, todos ponemos banderitas tricolores en nuestras fotos de perfil en las redes sociales. Una vela. Un dibujo. La torre Eiffel llorando. Todos hacemos algo, gestos, pero me doy cuenta que pocos dicen lo que piensan. Miedo. No lo sé. Yo ya me he hartado. Lo dije respondiendo a un comentario en Facebook y lo vuelvo a decir ahora. Lo que pienso es lo siguiente.

Me parecen, los que han roto París en un par de horas, un grupo de hijos de puta, que quieren liarla en Europa. Si quieren guerra que haya guerra, pero de verdad. Que se los cepillen de una vez. Ya está bien de hacer memeces. Ahora detendrán a diez o doce y se les juzgará. Ni juicio ni leches. Al infierno. No puede ser que hagan en nuestra casa lo que les dé la gana. Yo no voy a casa de nadie a imponer mis normas. Y si lo hago me echarán con razón. Pues aquí igual. ¡YA ESTÁ BIEN, COÑO, YA ESTÁ BIEN! Es que estoy viendo que no va a pasar nada. 1500 años a uno, 800 a otro, y así hasta llenar de cifras y días la sentencia de un juez. Y pasado mañana en otra ciudad otros 200. Qué ascazo me dan. Perdonarles. No. Repito lo que dije en otro comentario, si has de perdonar a alguien, ese alguien ha de pedirte perdón antes. Así lo pienso. Es muy posible que me equivoque. Aún así, es lo que estos hijos de su madre me hacen pensar.

¿De verdad queremos que la madre de Lola Salines, 28 años, asesinada en la sala de conciertos, perdone a los que mataron a su hija? ¿Deben perdonar padres y hermanos de Nick Alexander, 36 años, asesiando en la misma sala donde fue a trabajar como parte de la banda de música? ¿Debería la mujer de Thierry Hardouin, 36 años, asesinado en el restaurante La Belle Équipe, perdonar a los que dejaron sin vida a su marido? Ah, no, ella no podrá hacerlo ya que también fue asesinada esa misma noche. Una pena. ¿Sigo? No creo que haga falta.

Lo que tiene que haber es más justicia y menos perdón. Más coherencia y menos tonterías. Los gobiernos han de ponerse las pilas y parar esto de una vez. Tienen cómo hacerlo. Saben hacerlo. Deben hacerlo. ¿Quieren hacerlo? Pienso que sí, pero, como siempre, imagino intereses ocultos. Prefiero no saberlo. Prefiero ni pensarlo.

Eso es lo que me pregunto. ¿Quieren acabar con esto?

París pasará a ser una ciudad más. Manchada de sangre en el recuerdo. Nueva York, Madrid, Londres… París. La fecha también. Algunas cifras y letras más para el recuerdo. 11S, 11M, 7J… 13N. París. Una más.

image

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *