ETA: ¿Disolución? No, dismnesia.

Desde muy pequeño soñaba con el momento en el que los hijos de puta de la banda asesina ETA dejasen de matar. Soñaba con el día en que se sentasen delante de las cámaras escondidos, nada más, por una desnuda mesa en la que apoyasen su esperado comunicado y pidiesen perdón a las familias de sus, casi, 900 víctimas mortales. Ni han sido capaz de dar la cara ni han sido capaces de pedir perdón. Siguen igual. No asesinan pero siguen matando. No disparan armas pero sí disparan palabras. Mismo daño. Distintas formas.

ETA nunca ha parado. Nunca ha cesado. Nunca. Siempre ha estado viva. Estará viva hasta que el último miembro de la banda muera. Mientras haya uno, solo uno, vivo… ETA seguirá existiendo. Si a eso le añadimos que no solo no tienen los huevos de pedir perdón, sino que, además, se permiten el lujo de presumir de su pasado activo… ETA seguirá viva. ETA puede hacer la pantomima de decir que cesa pero no es así. ETA sigue ahí. En la sombra. Algunos, los menos, en la sombra de sus celdas, otros, los más, en la sombra de sus defensores. Esos también son ETA. No hace falta tener carnet de socio. ETA es todo aquél que lo defiende. Que lo justifica. Que lo calla. Que lo oculta.

Disolución. La carta firmada por ETA habla de disolución. No es disolución. Es dismnesia. El que escribe padece una falta de memoria tal que me sorprende haya sido capaz de escribir por sí solo esa carta. Olvida tantos párrafos. Tantos como muertos ha dejado en su negra historia.

En su carta, ETA, habla de errores del pasado, de heridas sangrando, de problemas futuros, de compromiso, de responsabilidad, de honestidad… ¡venga hombre! Hablad de muertos, hablad de tiros en la nuca, de bombas lapa, de seguimientos, de comandos, de zulos, de secuestros… hablad de nuesta verdad, nuestro sufrimiento, nuestro eterno dolor. No habléis solo de vuestro desmemoriado punto de vista. O es que se les ha olvidado el porqué de las condenas de sus amigos presos. Que no robaron manzanas. Mataron. Asesinaron. Aniquilaron. Eso no se olvida ni perdona con una mísera carta. Se necesita algo más. Mucho más.

ETA no se ha disuelto. ETA sigue viva. Más que nunca. Mientras tanto, sigo contando los días para ver como su último miembro es llevado al cementerio y, por fin, dar por zanjado, de verdad, este oscuro capítulo de la Historia de España.

Esta es la cínica y repugnante carta que osan escribir. Con éstas míseras palabras creen dar por finalizada una de las peores etapas de la Historia de nuestro país. Se dan por satisfechos. ¡Hala! ¡Ya está! Aquí paz y después gloria. Qué no. Qué no nos engañéis más. Sabemos que estáis más vivos qu nunca. No secuestraréis. No mataréis. No amenazaréis. Tal vez no. Pero estáis ahí. Respiráis. Existís. Sóis. Eso es más que suficiente para saber que esa carta es insuficiente. Quitaos la capucha. Dad la cara. Pedid perdón. Asesinos. Matasteis a 900 personas. Matasteis a 900 familias. Heristeis a un país. Pedid perdón, hijos de puta, pedidlo. Otra cosa es que se os conceda. ¿¡Disolución!? Ojalá fuese verdad. Ojalá.

“En Euskal Herria, a 16 de abril de 2018

Estimados/as señores/as:

Por medio de esta comunicación os queremos dar a conocer la decisión que Euskadi Ta Askatasuna acaba de tomar. ETA ha decido dar por terminados su ciclo histórico y su función, dando fin a su recorrido. Por tanto, ETA ha disuelto completamente todas sus estructuras y ha dado por terminada su iniciativa política.

De este modo, como consecuencia del cambio estratégico de toda la izquierda abertzale, ETA ha llevado a término el proceso iniciado en 2010, con la intención de abrir un nuevo ciclo político en Euskal Herria.

En ese proceso las referencias fundamentales han sido la Conferencia de Aiete y el fin de la violencia armada que ETA anunció tres días después. Fue un esfuerzo por conseguir dar a la época de confrontación armada un final ordenado, racional y constructivo. La mayoría de vosotros fuisteis testigos directos de aquella oportunidad y, muchos de vosotros, también fuisteis firmes impulsores. Por desgracia, la Declaración de Aiete no pudo recorrer su camino, a pesar de coincidir con la voluntad de la mayoría de ciudadanos vascos, los estados francés y español lo hicieron imposible desde su mismo inicio.

Sin embargo, ETA decidió seguir adelante. Más allá de la Declaración de Aiete y de un hipotético proceso de negociación, Euskal Herria fue el punto de partida y el objetivo de toda su actividad. Así, cumplió los compromisos tomados hasta entonces y adquirió nuevos compromisos. En su acción más significativa, ETA le dio al pueblo sus armas y dejó en manos de la sociedad civil la responsabilidad de su desarme.

El pueblo es también el receptor fundamental de esta última decisión:

Porque ETA se formó del pueblo y al pueblo vuelve.

Porque se fundamenta en la confianza en la fuerza del pueblo.

Y, sobre todo, porque quiere hacer una aportación en el camino hacia la consecución de la paz y la libertad en Euskal Herria.

En efecto, ETA con las decisiones de estos últimos años ha apostado, con valentía y responsabilidad, por sacudir la situación de las últimas décadas y por la construcción del futuro desde un punto de partida nuevo.

Esta decisión cierra el ciclo histórico de 60 años de ETA. No supera, en cambio, el conflicto que Euskal Herria mantiene con España y con Francia. El conflicto no comenzó con ETA y no termina con el final del recorrido de ETA.

A lo largo de los años, se han hecho numerosos esfuerzos para encauzar por vías racionales el conflicto político. Se han puesto en marcha sesiones formales de negociación, se han llevado a cabo conversaciones secretas y se han presentado innumerables propuestas. No hemos sido capaces de llegar a acuerdos, ni entre ETA y el gobierno, ni entre los agentes vascos. Es una responsabilidad compartida y ETA asume la parte que le corresponde.

La falta de voluntad para solucionar el conflicto, y las oportunidades perdidas, entre otras, ha provocado el alargamiento del conflicto y ha multiplicado el sufrimiento de las diferentes partes. Comoquiera que sea, ETA reconoce el sufrimiento provocado como consecuencia de su lucha.

Euskal Herria está ahora ante una nueva oportunidad para cerrar definitivamente el ciclo de conflicto y construir su futuro entre todos. No repitamos los errores, no dejemos que los problemas se pudran. Eso no sería más que fuente de nuevos problemas.

Años de confrontación han dejado heridas profundas y hay que darles la cura adecuada. Algunas todavía están sangrando, porque el sufrimiento no es cosa del pasado.
Por medio de esta carta, y con toda humildad, ETA os quiere hacer llegar una última opinión. En su opinión, la solución del conflicto y la construcción de Euskal Herria os necesita a todos vosotros, porque el futuro es responsabilidad de todos.

Los que hemos sido militantes de ETA, por nuestra parte, queremos confirmar nuestro compromiso en embarcarnos totalmente en esa tarea, cada cual desde el lugar que considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre.

Euskadi Ta Askatasuna

E.T.A.”

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