Y de repente…

Y de repente te das cuenta que ya está.

Y de repente te preguntas porqué.

Y de repente miras hacia atrás.

Y de repente quieres mirar hacia delante.

Y de repente miras y no ves.

Y de repente recuerdas.

Y de repente quieres borrar cosas del pasado.

Y de repente sueñas con que las agujas del reloj vayan más despacio.

Y de repente miras la fecha.

Y de repente la vuelves a mirar.

Y de repente te miras a ti.

Y de repente les miras a ellos.

Y de repente dices: ¡No!

Y de repente esperas respuestas.

Y de repente no las recibes.

Y de repente protestas.

Y de repente sabes que no sirve de nada.

Y de repente pataleas.

Y de repente lo asimilas.

Y de repente peleas.

Y de repente te caes.

Y de repente te levantas.

Y de repente sacas fuerzas.

Y de repente ganas.

Y de repente ya está.

#QueTePetenCáncer #QueTePetenTodo

Por todos aquellos que luchan por vivir. Por todos aquellos que luchan por ganar. Por todos aquellos. Por todos.

Ni olvido ni perdón

Nací en 1975. ETA llevaba ya diez años asesinando. Diez años extorsionando. Diez años amenazando. En los años 80 ya leía el periódico. Ya veía las noticias en televisión. Desde esa época no había semana en la que no nos levantábamos con una nueva noticia. Una nueva desgracia. Muertos. Heridos. Secuestrados…

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El futbolín de Antonio

1985. Llegó a la misma hora de siempre. Cinco y cuarto de la tarde. Llovía, por lo que entró corriendo, algo acelerado. La cabeza debajo de su capucha y mirando al suelo, que parece moja menos. Se sacudió las gotas de agua y se quitó el chubasquero Karhu azul. Lo colgó sobre un taburete de madera y saludó a sus amigos. En la radio sonaban Tears For Fears, Duran Duran, A-ha, Phil Collins… Se acercó a la barra. Allí estaba Antonio, como todas las tardes, peleándose con los crucigramas del Ya. Le pidió un TaB. Era de los pocos que bebían eso. El resto eran más de Fanta de naranja o Coca-Cola. Le sirvió su TaB y le dio la chapa. La guardó en un bolsillo para jugar a la Vuelta Ciclista en el patio del colegio. Le dio 200 pesetas. 40 para el TaB y el resto para el futbolín. 

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El cielo de los muertos

Cuando tienes hijos aprendes que no todos son iguales. Cada uno tiene sus particularidades. Simpatía. Espontaneidad. Energía. Empatía. Disciplina. Sigue leyendo

Black Friday

Fue en los años 60 cuando los americanos, sí, aunque parezca mentira fueron ellos, se inventaron eso del Black Friday. Unos hablan de la cantidad de coches que circulaban el viernes después del día de Acción de Gracias por las calles de Filadelfia. Otros se refieren a los números en las cuentas de los comercios que pasaban de rojo a negro por sus mayores ventas en esas fechas. Black Friday… Estados Unidos de América.

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La mano en la boca

Djekdj sjsia dkfjs sks fisnsk sjfieoal slqowieie skap siroa aiqq wr f nalanans qqkdka. Alaoskd eisis. Sksieiw sisifidja aiaidbd djdjd d fisia aisidbf diska s djdisba d djdisoa d didisba aisidif d djdisoa sjdieiw skaiabdfjifi djdis skaiai. Ajdiensjsia aiai did. Aiao a dif. Dis a Is f f dkai a fbfidn aisif. Fidia. Akiaaoid.

Aldifjd s akaid f fksia s fufieb a q q f g gifisos s aidof ris a ajfif e. SiI f fueiw. iiuf f rbs. AjIf f id. Auai s fueifie s aiaidbfue aiaodbf fieis a aiiab diiwoan skidbfg silamma bwndjf. SkaiIc enwoqooKskfjf s qlaojd. Fiisna. Siiwooejrbf g dlaoamcbfigirbgizoqbeigjf s. Ansifbf fkdis. D. Difie. Dkisioqb sisifb diqus. Fieiwoa. Disiwiwow didifbd eidic eiwownd doos.

Dnfbfif didis difieke dicie qiz. Eiod gieiownd giowkqnd fieiwoenf diwowkd fieiwoabf dieiwkw. Dioiqbs fjidn e eidic. Diowoqosn fciofoeke diqoofbg gls. Akia. Fjiwiqkab d.

Y ahora, que ya me he quitado la mano de la boca, como los futbolistas, termino. Espero que te haya gustado.

Están todos. Ha venido hasta Juan.

Sonia en la primera fila con los niños. Normal. A su lado mis padres. Normal. Detrás de ellos mi cuñada con el cretino de su novio. Ese, sinceramente, me jode un poco que esté ahí sentado. Mi hermano, su mujer, mis sobrinos. Bien. Todos en su sitio. Veo que hay mucha gente. Están Oscar y su mujer. Oscar fue compañero mío cuando trabajé en Coca-Cola. Trabajábamos codo con codo. Comíamos juntos todos los días. Hicimos muy buena amistad. Acabamos veraneando juntos. Buen tipo, Oscar. Miro por encima y veo muchas caras conocidas. Otras, no tanto. ¿Quién será ese del abrigo loden? Está solo. De pie al fondo. Es que ni me suena. Nada. Por mucho que le doy vueltas, nada. Bueno. Se agradece su visita igualmente.

Hace años, muchos años que no les veía. Mis compañeros del equipo de balonmano. Ahí están todos. No falta ni uno. ¡Qué bien lo pasamos! Aún recuerdo aquel mes de abril del 86 cuando ganamos el Torneo de Berlín. Menudo partidazo hizo Suarez, nuestro portero, en la final. Los locales pensaban que era un alemán disfrazado de español. Buah… se me saltan las lágrimas todavía, y mira los años que han pasado. ¡Casi nada! Ahí están, haciendo piña como cuando teníamos pelo.

¡Coño! Si ha venido el cabrón de mi vecino. Lleva años dándome el rollo con que si aparco mi coche muy pegado al suyo. Erre que erre, pero mira, aquí está. Se le habrá olvidado lo de los rayones del coche. Pobre hombre, mira que le digo que son blancos y mi coche es azul. Que es imposible que sea yo. Total, qué más dará… él tiene que decírmelo cada vez que me ve.

Por fin, tarde pero ha llegado. Mi primo Juan. Vive en San Sebastián y está jodido de la espalda. Viene en su Rocinante, así llama a la silla de ruedas que permite que se mueva con algo de normalidad tras el atentado que sufrió en el 89. Salía de casa de mis tíos cuando al cruzar por el paso de cebra frente a su portal un coche saltó por los aires. La onda expansiva lo mandó casi al otro barrio. Se salvó de puro milagro. Ahí está… es un fenómeno. Gracias. Juan, gracias por esforzarte. No me podías fallar. Están todos. Ha venido hasta Juan.

Qué pasada. Está hasta arriba. Todos los bancos llenos. Uno. Dos. Tres… Catorce… todos, todos llenos. Y gente de pie. Me siento tan querido. Me siento…

Perdón. Tengo que parar ya. Va a empezar mi funeral.

IV Festival Fundación Andrés Marcio

Era jueves. Eran las nueve de la noche. Se abrió el telón y apareció José Antonio Masegosa. Peroodista de Telemadrid. Unos meses antes grabó a Andrés en su casa tras su encuentro con la reina Letizia. José Antonio se enamoró de Andrés. Otro más.

Era jueves. Eran las nueve y José Antonio Sigue leyendo

Nely y su mercadillo

Nely. Tal vez no te diga nada ese nombre. Normal. Eso es que no has estado nunca en su mercadillo. Nely. Si lo buscas en el diccionario lo encontrarás entre nelumbo y nema. Sigue leyendo

De mayor quiero ser Rafa Nadal

– Hijo, ¿qué te gustaría ser de mayor? ¿A quién te gustaría parecerte?

– Me encantaría ser como tú. 

– Muchas gracias, pero piensa en alguien distinto. Alguien que no sea yo.

– Muy fácil, de mayor quiero ser Rafa Nadal. 

– ¡Y tanto que es fácil! A mí me hubiese encantado ganar 10 Roland Garros, 2 US Open, 2 Wimbledon, 1 Open de Australia…

– No, bueno, no es por eso.

– ¿Te parece poco? ¡Ah! ¡Es verdad! Ganó una medalla de oro olímpica en Pekin, otra en Río, fue abanderado de España, 10 Masters de Montecarlo, 7 de Roma, 5 de Madrid… Indian Wells…

– No lo entiendes, papá. No es por eso. Es…

– … Premio Príncipe de Asturias, Copa Davis, Premio Laureus, Premio de la Academia Deportiva Francesa…

– ¡Papá! Todo eso está muy bien, y ha sido número uno en la ATP mucho tiempo pero, no, no es por nada de eso. Es por lo siguiente… Rafa Nadal, aún siendo un superdeportista, el mejor de todos los tiempos, ha sido, es y siempre será un superhombre. Por eso, solo por eso, quisiera ser Rafa Nadal. Y como tú, claro.