Desde pequeño me gusta escribir. Desde pequeño lo hago. La vergüenza hizo que según escribía, una vez leído, lo rompía y lo tiraba para que nadie más lo leyese.
Alguien me recomendó dejar de hacerlo. Dejar de tirar lo escrito. Me habló de los blogs y aquí me encuentro, escribiendo lo que se me ocurre. Como se me ocurre. Cuando se me ocurre. Si quieres, leéme. Si quieres, coméntame. Si quieres, critícame.
No aparezco los lunes. No aparezco los martes. Ni tampoco los miércoles, ni jueves ni viernes. Puede que un sábado o domingo. Puede que no. Si quieres saber cuando, suscríbete. Yo ya lo he hecho, pues a veces, ni yo sé cuando escribo.
Temas: todo y nada. La vida. Mi vida. Tu vida. La suya. Anécdotas. Unas buenas. Unas malas. Unas, solo anécdotas. Mis hijos. El trabajo. Digamos que todo. Digamos que nada. Digamos. Escribamos. Leamos.
Gracias. No sé a quién se las doy. Pero gracias. El hecho de que pases, pares y leas… es de agradecer. Si encima comentas, es de alabar.
Y recuerda, para escribir solo hay que tener algo que decir.