¡Adiós, W!

Me pusieron al final del libro. Para que no se notase mucho el desprecio que se me tiene me dejaron casi al final. En la última edición me puedes encontrar en la página 2264. Mi vecina de al lado, la siguiente, ocupa algo más que yo. Ella tiene dos páginas. Una y media para ser exactos. Yo apenas ocupo una. Soy impronunciable. Te digo una cosa, si cojo las de Villadiego nadie se entera. No creo que se me eche mucho en falta. He estado observando el contenido de mi página y es que, sinceramente, podría irme ya. Estoy por hacerlo. Si aglutino a mí contenido por familias con un cuarto de página bastaría. Si elimino los términos que hemos cogido prestados de vocabularios extranjeros… apaga y vámonos. Si es que no sirvo para nada.
Soy una tercera parte de una de las marcas de coches más conocidas e importantes BMW. Y nadie me llama bien. Be eme uve. ¡Uve! Si soy la doble. ¿No ves que estoy repetida? Los angloparlantes me llaman por mi nombre. O no. De hecho me dicen «doble u» cuando es obvio que soy de líneas rectas y no curvas como la culona de la U. Be eme uve. Manda narices.


Hablando de culos… una de las palabras más feas en las que aparezco es donde todo el mundo va a sentarse y gracias a Dios los encargados de la RAE no han incluido en el diccionario: el wáter. Aunque sí que lo admiten con uve de ventosidad. Tremendo. Me han robado esa palabra. Normal que no ocupe ni media página.
Para algunas que me conceden como la clásica whiskería, toda la vida se ha pronunciado con g de güisqui. Suena más cañí marcando la g, la verdad. Además, me cuentan que los que frecuentaban esos sitios no tenían la lengua como para pronunciar bien nada.


Wagneriano… ¿y qué? Pues ya sabes que Wagner fue importante pero, si nadie lo pronuncia con w. Al final con b de Beethoven o V de Vivaldi también valdría.
Wahabí. Un tal fundador del Wahabismo que lo siguen los wahabitas. Toma, tres palabras que por un exceso de generosidad han tenido a bien en separar para hacer bulto.
Walki-talkie… en la era de los móviles como si la borran del todo. Palabra en absoluto desuso. Días contados.
Walkman… se me saltan las lágrimas. Lloro a moco tendido recordando esos cascos de espuma naranja y ese sonido característico del play o del final de la cara A.
Washingtoniano. Aquí se vinieron arriba los de las sillas de las letras. ¿Por qué aparece Washingtoniano y no Wisconsiniano o Waterllootense?
Waterpolista y waterpolo. Este deporte que practican pocos y que conozco a varios de ellos bien podría tener un nombre español pero, claro, si el balombié es fútbol y el balonvolea es volleyball… ¿por qué innovar? El handball es balonmano y no pasa nada. Claro, y ¿qué pasa con el kárate y el judo? Vale, lo dejamos así. Waterpolo suena bien.
Watt. Vatio. Pues si es solo eso, no me andéis regalando palabras porque sí. Vatio es vatio y punto.
Wau. Jajajaja. Por favor, leed el significado de wau. Un sinsentido.
Web. Ya está. Pasaron los noventa. Ya nadie lo usa. Es página y nada más. Web is gone!
Weber. Es tan complicado lo que representa esta unidad de flujo de la física que no creo que nadie se acuerde de usarla. Además, no creo que al Señor Weber le moleste mucho ya que murió en 1891. Ya se podía haber llamado García, claro que García como nombre de.una unidad de flujo no es tan interesante.


Weimarés. Dice: también Veimarés. Pues llevamos esta palabra a la zona de las uves y me dejáis irme.
Wellingtonia. Cómo será de útil esta palabra que la definición viene entre paréntesis. Y encima acaba con un «también velintonia». Otra que se pueden llevar a la uve.
Wélter. Peso. Es todo lo que pone. Hala. Si quieres saber el significado vete a la pe.
Wéstern. Con acento en la e. Con un par. Pelis del Oeste. Ya no valen. Hoy estarían todas prohibidas. Los tíos de pelo en pecho de la época de los vaqueros ya no están aceptados por machistas y cabrones. Fuera. Wéstern la pueden censurar.
Westfaliano. Natural de Westfalia. ¿Y qué? ¿Es que la comunidad de westfalianos en España es tan sumamente grande como para darles una palabra en nuestro diccionario? No lo creo. De hecho, imagino que el señor Alcalde o Presidente de Westfalia dormiría igual de tranquilo si les borramos de la página 2264.
Whiskería y whisky. Con un par de narices nos remiten a la G. Me encanta güisqui con g. Me espanta la bebida pero la palabra puede ser de las más bonitas del diccionario. Güisqui. Es elegante a la par que histórica. Lo que se habrá cocido alrededor de vasos de güisqui. Lo que se habrá cocido dentro de las güisquerías. Mejor ni pensarlo.
Wifi. Animo a cambiarlo por güifi y volvemos locos a todos los extranjeros que nos visiten. Carteles donde ponga: «clave de güifi» en lugar de «wifi password». Todos locos.
Wincha. Vincha. Otra a la uve. A saber qué será. Mi orgullo me frena a ir a verlo. Si lo sabes me lo cuentas.
Windsurf. Tan denostado por el simple surf como el esquí por el snowboard. ¿A la u de uindsurf o a la G de güindsurf? Vindsurf para los alemanes, ¿no?
Windsurfing y windsurfista lo acompañan poco después.
Cierran mi interesantísima página wólfram y wolframio. Que no tienen definición y encima se le llama tungsteno. Pues marchando a la t con tocino y tanqueta.
Esto sería todo, señoras y señores. Si son ustedes tan amables, escriban a los ilustres de la Academia y díganles que, o bien me concedan palabras de verdad, con su definición, pronunciación y esas cosas, o bien que me den boleto porque no valgo para nada. Les animo a crear la «Plataforma en Defensa de la W» aunque sería para la defensa de una o dos palabras, o ni eso. No entraría ni como castellano antiguo. No valgo una mierda.
Adiós, bye bye, auf Wiedersehen!!!

2 comentarios en “¡Adiós, W!

  1. Wuenísimo. Wravo!
    Me apunto a la plataforma para la defensa de la W.
    No en walde tuvimos godos y wisigodos con muchos nombres que la usaban.
    Wilfredo, Wamba, Walia, Witérico, Witiza…..
    Yo defiendo que se quiten las usurpadoras V y B y todo sea con W…..al menos escrita.
    Así rendiremos merecido homenaje a estos reyes tan nuestros.
    Un awrazo

    • Los recordé, no a todos, mientras escribía. Recordé a Wences, el albañil que venía a casa a hacer sus chapuzas. Recordaba a Witerico, calle donde dura te años llevé el coche al taller hasta que me engañaron. Me vino a la cabeza Wolsley, aquél coche de médico inglés de los años 30 que pasó por casa una larga temporada. Y, cómo no recordar a Wanda, nombre del pez de la peli y de la empresa de los chinos que pusieron nombre al estadio más bonito y polémico del mundo.

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